Indonesia ha reclamado hoy ayuda internacional para las víctimas del terremoto que golpeó el miércoles el oeste de la isla de Sumatra. El seísmo ha costado la vida de al menos 1.100 personas, según el subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, John Holmes. El Gobierno de Indonesia mantiene en 770 el recuento oficial de víctimas mortales.

"Necesitamos ayuda de los países extranjeros para que manden trabajadores de rescate cualificados y con equipamiento moderno, sobre todo médicos para tratar a personas con piernas rotas tras haber sido sepultadas bajo los escombros", ha explicado la ministra de Sanidad indonesia, Siti Fadilah Supari.

Los gobiernos de Australia, Corea del Sur y Japón, entre otros, enviarán a personal experto en situaciones de emergencia.

TRABAJANDO SIN INTERRUPCIÓN

La prioridad es localizar posibles supervivientes enterrados, aunque la esperanza de encontrar a alguien con vida es cada vez menor. Los trabajos de salvamento son lentos y laboriosos, ya que la mayoría se realizan a mano ante la imposibilidad de utilizar maquinaria pesada.

Durante toda la noche, inmensos focos alimentados por generadores portátiles han iluminado a decenas de trabajadores ayudados por una excavadora gigante que intentaban desenterrar a 60 niños, cuya escuela se colapsó por el temblor.

Los españoles residentes en la zona afectada están bien, pero no se ha conseguido contactar aún con todos, según fuentes diplomáticas.

TSUNAMIS MAYORES QUE EL DEL 2004

Algunos científicos anunciaron desde hace unos años el seísmo que ha golpeado la ciudad de Padang y creen que lo peor aún está por llegar.

"Hemos advertido ante la posibilidad de seísmos de gran intensidad y tsunamis mayores que el del 2004", ha declarado el geólogo Kerry Sieh, del Instituto de tecnología. "El seísmo del miércoles es una pulga comparado con el tigre que se prepara. La cuestión és saber cuándo", ha añadido.

ENTRE DOS LÍNEAS SÍSMICAS

La ciudad de Padang, situada al oeste de Sumatra, a 400 kilómetros de Singapur y 850 de Jakarta, está situada entre dos líneas sísmicas: la gran falla continental de Sumatra y un conducto oceánico próximo a las placas tectónicas indoaustralianas y euroasiáticas.

Los especialistas llaman a la autoridades indonesias a invertir en edificios equipados según las normas de prevención de movimientos sísmicos y a extender las vías de comunicación en caso de un éxodo provocado por un seísmo superior.