Ante los rumores de dimisión, el primer ministro francés, Dominique de Villepin, se declaró ayer dispuesto a "llevar la batalla del empleo hasta el final". En una rueda de prensa consagrada íntegramente a la crisis provocada por el polémico contrato de primer empleo (CPE), Villepin se negó a contemplar la posibilidad de una retirada del texto, como reclaman los sindicatos y los estudiantes, aunque pidió que se espere a que culmine "el diálogo sin tabús" que acaba de iniciar.

Villepin reconoció "la difícil situación" del país y asumió los "malentendidos" derivados de su "actuación rápida", que justificó por el deseo de "lograr resultados".

Mientras, el presidente del principal sindicato de estudiantes universitarios de Francia, la Unef, Bruno Juillard, instó a "una intensificación de la movilización".