El presidente prooccidental de Ucrania, Viktor Yuschenko, convocó ayer en la capital ucraniana, Kiev, a las tropas especiales del Ministerio de Interior, en un intento de controlar la crisis política en esta antigua república soviética. Mientras las tropas se acercaban a Kiev, Yuschenko se reunió varias veces con el primer ministro prorruso, Viktor Yanukovich, para atajar la crisis provocada por el decreto presidencial del pasado 2 de abril que disolvió la Rada Suprema (Parlamento), dominada por los partidarios del jefe del Gobierno, y convocó elecciones anticipadas. Estas reuniones concluyeron sin resultados aparentes, según informó Denis Ivanescku, portavoz del primer ministro ucraniano.

La líder de la oposición, Yulia Timoshenko, que participó en las negociaciones, afirmó que se abordó la fecha de las elecciones parlamentarias anticipadas. La semana pasada, Yuschenko y Yanukovich llegaron a un principio de acuerdo para celebrar los comicios este otoño.

DOS REBELIONES La decisión de llamar a las tropas del Ministerio de Interior a Kiev llegó como respuesta a las dos últimas "rebeliones" de los personajes claves en la cúpula del poder ucraniano: el fiscal general, Sviatoslav Piskun, y el ministro de Interior, Vasili Tsushko, que se negaron esta semana a cumplir decretos presidenciales. Yuschenko destituyó a Piskun el jueves, pero el fiscal rechazó acatar esta orden. Le apoyó el ministro de Interior, quien envió a sus hombres para garantizarle a Piskun el acceso a su despacho. En respuesta, Yuschenko, a quien se le subordinan las Fuerzas Armadas, tomó directamente bajo su mando a las tropas de Interior.

Según una tradición heredada de la URSS, en varias repúblicas exsoviéticas, entre ellas Ucrania, el ministro de Interior dispone, junto con la policía tradicional, de unidades militarizadas para garantizar la seguridad interna del país. El ministro de Interior ignoró el decreto por "inconstitucional", pero el comandante en jefe de sus tropas, el general Aleksandr Kijtenko, desafió a su jefe al enviar ayer a petición del presidente unos 2.000 policías a Kiev para "controlar sedes de las instituciones estatales".

"El pueblo ucraniano puede estar seguro de que las tropas de Interior actuarán en el marco de la ley y no caerán en provocaciones", aseguró Kijtenko, confirmando así su lealtad al presidente en contra de las órdenes del ministro. "Las tropas de Interior son leales al presidente y están dispuestas a cumplir cualquier orden del jefe del Estado, incluso operaciones antiterroristas, para garantizar la tranquilidad, el orden y la concordia en Kiev", afirmó Viktor Bondar, portavoz de la presidencia.

El ministro de Interior admitió haber perdido el control sobre sus hombres. En varias regiones, policías de tráfico y activistas del Partido de las Regiones de Yanukovich detuvieron el paso de las columnas, pero sin violencia. Por su parte, el destituido fiscal general ucraniano, a quien un tribunal local le restauró en su cargo el viernes, amenazó con arrestar a Kijtenko.

La manzana de la discordia que ha dividido el poder ucraniano desde hace casi dos meses han sido las elecciones anticipadas a la Rada convocadas por Yuschenko. La Rada, controlada por diputados prorrusos, ha boicoteado esta decisión exigiendo que las elecciones anticipadas al Parlamento coincidieran con las presidenciales. El viernes la Rada revocó los recientes decretos de Yuschenko, a quien Yanukovich comparó, por sus últimas decisiones, con Franco y Pinochet.