Antes de Juan Antonio Bayona, otros creadores españoles de fantasía triunfaban en EEUU. No en el cine, es cierto. Pero toda una generación de artistas del tebeo maravilló al exigente público estadounidense con sus pinceles y plumillas.

Capitaneados por Josep Toutain, el editor de cómic más carismático de los años 70 y 80 y a quien Carlos Giménez retrató en Los profesionales, Pepe González, Rafael Auraleón, Luis Bermejo o José Ortiz saltó el Atlántico para electrizar a medio mundo con su calidad gráfica y su expresionismo hispano.

Planeta recupera, a través de su colección Babel, la obra de uno de los mejores dibujantes españoles de los 70 y 80 y miembro del conocido como Grupo de la Floresta: Esteban Maroto. Tras la reedición de Las leyendas de San Jorge y Los mitos de Cthulhu, adaptación de la obra literaria de H.P. Lovecraft aparecida en la revista Capitán Trueno, llega ahora Nave prisión. Se trata de una serie de doce episodios de ocho páginas cada uno que la agencia para la que trabajaba Maroto, la barcelonesa Selecciones Ilustradas, le encargó en 1981 «para rellenar la revista 1984», como confiesa el autor en un texto introductorio a esta edición. Las historias fueron escritas por el guionista Bruce Jones (Venom, Conan, Ka-zar).

Era práctica habitual que estos dibujantes trabajaran con guiones de escritores americanos, tales como Archie Goodwin, Peter David, Don MacGregor o Iady Rawhide, a quienes Maroto recuerda con cariño. «Para mí, uno de los más queridos y apreciados es Roy Thomas al que conozco hace más de 45 años. Curiosamente nunca nos hemos visto personalmente. Nuestra relación ha sido por teléfono, fax, mail y cartas y la colaboración siempre ha dado buenos resultados». Fruto de esta simbiosis son sus historias de personajes como Red Sonja, Satana, Vlad Drácula o Big Red.

El tebeo, que a pesar de tener una gran corrección formal y encerrar momentos de acción trepidante y misterioso erotismo, no la mejor obra del dibujante madrileño, donde sí deberíamos enclavar sus obras Dax el guerrero y 5 por infinito, es un producto de la ciencia ficción del momento. A finales de los 70, dos producciones cinematográficas revolucionaron el género, llevándolo por los terrenos de la space ópera y del terror: Star Wars y Alien.

Faye es una cosmonauta que transporta en su nave una peligrosa carga: un grupo de convictos que yacen en sus cápsulas criogénicas camino del destino que la Justicia les depare. Pero un meteorito se cruza en su trayectoria. El transporte queda seriamente dañado y los durmientes consiguen escapar en pequeñas aeronaves. La tarea de Faye será ejecutar la caza del hombre por todos los planetas del sistema.

La acción recae continuamente en la protagonista, una escultural astronauta cuya presencia alegró sin duda la vista a los lectores de los 80 ávidos de erotismo, que muy a menudo se asomaba a las revistas de terror y ciencia ficción. Faye es una cosmonauta desinhibida que, como la Barbarella de Jean-Claude Forest, lo mismo persigue fugitivos que mantiene relaciones sexuales con uno de ellos.

Merece la pena destacar una página de alto contenido psicodélico en la que Faye atraviesa un agujero negro con su cosmonave. Nadie sabe lo que pasa dentro de un agujero negro. Es todo misterio y especualción. Así que en esta historia, como en la novela de Kurt Vonnegut Matadero 5, pasado, presente y futuro se mezclan en una misma realidad, y los amantes pretéritos de la heroína larevisitan. El viaje culmina con un orgasmo cuántico.

Nave prisión es una historieta cuidadosamente editada. Este único volumen consta de 120 páginas en glorioso blanco y negro. Para esta edición se han recuperado y restaurado las páginas originales y elaborado una nueva portada. Recuperar la obra de los mejores artistas es siempre un acierto.