Arrancan las maquinarias en todos los partidos para preparar las próximas elecciones municipales y autonómicas, y gira sobre esta cita la propuesta del Partido Popular para que gobierne en las localidades el partido más votado.

Habrá que leer la letra pequeña y conocer a fondo el contenido de la reforma, pero a priori, es una de las cosas que el pueblo reivindica a pesar del rechazo de la oposición a esta iniciativa. Y digo esto porque los ciudadanos ya están hartos de que en muchas localidades se elija al alcalde en los despachos a cambio de algunas concejalía (y a saber qué otras cosas más), y los votos de las urnas sean solo papel mojado. Es lo más justo: el partido con más votos debe gobernar aunque en la oposición haya más concejales.

Estamos cansados de ver cómo los votos no valen nada. Tenemos dos ejemplos en Extremadura y Andalucía a nivel regional. En Extremadura el partido más votado fue el PP y gracias a la abstención de IU (que hizo lo correcto) gobierna Monago. Otros entendían que los ciudadanos querían un pacto PSOE-IU, pero no es así. En Andalucía, ni PSOE ni IU han respetado el resultado de las urnas y haciendo uso de algo legítimo no han dejado gobernar al Partido Popular. Pero claro, si hablamos de legitimidad o lo que en justicia corresponde, eso en España no existe entre políticos con ambiciones.