El alcalde electo de Mérida, el socialista Angel Calle, pretende dotar a la ciudad de "servicios y equipamientos" para que los ciudadanos que se desplazan a diario a trabajar a Mérida acaben residiendo en ella, con la intención, a "a corto plazo", de alcanzar los 60.000 habitantes y "a medio", en diez años, llegar a los 100.000. Según el último censo, hay 54.000 residentes.

En una entrevista concedida a Europa Press, Calle sostiene que "el potencial que tiene la ciudad no se ha explotado ni rentabilizado lo suficiente", y se muestra convencido de que cuando se consiga que la capital regional sea "mucho más agradable" su población crecerá de manera progresiva, hasta duplicar el censo en los próximo diez años.

Según el alcalde electo, "muchos de los ciudadanos que vienen a trabajar a Mérida y se marchan a las tres de la tarde se van a quedar, porque aquí van a encontrar las guarderías, los hogares de mayores, los centros de día que necesitan, y no van a tener que hacer 70 kilómetros de ida y 70 kilómetros de vuelta".

Gran parte de esos ciudadanos son funcionarios de la Junta, cuyas consejerías, implantadas en Mérida como corresponde a su condición de capital autonómica, han supuesto, subraya Calle, importantes ventajas para la ciudad. Por ello, considera que "la capitalidad autonómica ha sido beneficiosa en todo punto", y si no hubiera sido por esa condición, "hoy no tendríamos ni 35.000 habitantes", señala.

A este respecto, preguntado sobre si un estatuto de capitalidad pudiera ser un elemento que potenciase esas capacidades de la ciudad, Calle argumenta que "no es necesario", puesto que "la ciudad no tiene por qué diferenciarse más que por sus propios rasgos de identidad".

Por otro lado, anuncia que impulsará un proyecto para convertir las riberas del Guadiana en "espacio protegido", lo que no impedirá su uso por los ciudadanos. De hecho, prevé organizar paseos en barca, hacer playas artificiales, observatorios de aves o abrir un museo sobre el río.