Mérida despidió ayer al que fuera el primer alcalde de la etapa democrática, Martín López Heras, quien falleció el martes en su domicilio a los 89 años.

Martín López Heras estuvo al frente del ayuntamiento emeritense desde 1979 al verano de 1981, cuando presentó su dimisión por motivos personales.

Durante este tiempo gobernó con el apoyo de la ORT, formación que sacó tres concejales, por los ocho del PSOE y los 10 de la ahora extinta UCD. De aquella corporación aún queda en activo el actual alcalde Angel Calle, que en aquel tiempo ejerció el cargo de primer teniente de alcalde.

Tras la dimisión de López Heras, estuvo como alcalde en funciones el concejal socialista Florencio Hidalgo, para luego ocupar definitivamente el puesto Antonio Vélez.

Entre las principales gestiones de Martín López Heras al frente del ayuntamiento destaca la supresión de un vertedero situado en la zona donde se ubica hoy el recinto ferial, y que llenaba de malos olores la ciudad; las obras para asfaltar 53 calles del centro y el traspaso de la plantilla del antiguo hospital a la residencia sanitaria.

Durante su mandato también se iniciaron obras como la del hospital o la creación de la escuela universitaria de la politécnica.

Angel Calle manifestó ayer que López Heras "era una persona muy fiel a sus principios socialistas y laica, como se ha demostrado en el funeral, que no ha sido religioso por su propio deseo, y muy austero, de grandes convicciones y de grandes valores", resaltó para añadir que de él aprendió "lo que es la honestidad y la seriedad en el desempeño de un cargo público".

Por su parte, el exalcalde Antonio Vélez indicó que Martín López Heras, "mantuvo siempre una línea de prudencia y de diálogo con todos. Para él no sobraba nadie y defendía que había que contar con todos, porque entendía que el futuro de Mérida pasaba por el trabajo de todos".