TDtesde la creación del primer Patronato del Yacimiento Arqueológico de Mérida en 1963, este organismo ha ido adaptándose a los tiempos y a las nuevas administraciones (entonces aún Mérida no estaba declarada conjunto histórico ni reconocida como ciudadpatrimonio de la humanidad). Actualmente, como Patronato de la Ciudad Monumental, sigue estando tutelado por la Administración. Su consejo rector está presidido de manera honorífica por el ministro del ramo; la presidenta es la consejera de Cultura y los vicepresidentes el director general de Patrimonio, el director general de Bellas Artes, el alcalde de Mérida, los presidentes de las diputaciones de Badajoz y Cáceres y el presidente del Parlamento de Extremadura. También están representantes de la Junta, Universidad, Ayuntamiento y asociaciones ciudadanas. La de Dios.

Este macro organismo, que gestiona lo más esencial de Mérida, se reúne una vez al año y tiene el noble cometido de conservar, restaurar, acrecentar y revalorizar la riqueza arqueológica y monumental de la ciudad. Está claro que a través de todos estos años la conciencia de los ciudadanos ha ido cambiando hacia mejor, unas veces por el grado de educación, porque se ve el beneficio económico del patrimonio y también por el sentimiento de orgullo que supone poseer un legado cultural que es envidia de tantos. Pero todo ello parece que no se refleja en los políticos responsables relacionados al principio.

A la última reunión del Consejo Rector (el 17 de diciembre del 2013), excepto la directora general de Patrimonio, que no tenía más remedio, no asistieron ninguno de los titulares. Algunos delegaron en funcionarios de segundo nivel; incluso el alcalde de la ciudad, su ciudad. El ministro no ha estado nunca. ¿Qué podemos esperar con este grado de implicación? Ausencia de grandes programas arqueológicos. Desolador.

*Emilio Olivas Salguero

(Foro Mérida)