El sacerdote Pedro Rodríguez de Tena, de 75 años, párroco de la iglesia de Santa María desde 1963 hasta hace cinco años, murió en la madrugada de ayer tras una larga enfermedad que comenzó hace cuatro años tras ser operado del corazón. La noticia causó una gran consternación en la ciudad.

El fallecimiento ocurrió en el hospital, donde había sido ingresado hace algo más de un mes, a causa de un infarto. Numerosas personas pasaron ayer por el tanatorio.

MISA

La misa funeral es hoy a las 11.00 horas en la concatedral de San María, en una ceremonia presidida por el arzobispo de Mérida-Badajoz, Antonio Montero, y al que asistirá el cabildo catedralicio, compuesto por una veintena de sacerdotes de las secciones de Mérida y Badajoz.

Dos horas antes se instalará la capilla ardiente en la concatedral para que todos los vecinos que quieran le puedan dar un último adiós. Posteriormente será trasladado a la localidad de Campillo de Llerena, donde el sacerdote había nacido.

Guillermo Soto, párroco del Calvario, que coincidió con Pedro Rodríguez en el seminario diocesano San Atón, de Badajoz, recordó que durante los años de estudio don Pedro , como era conocido, "era un referente muy brillante y admirado, inteligente, con don de gente y gran sentido del humor" y aseguró que había muerto "rodeado de muchísimo cariño".

También recordó que tras alcanzar la jubilación, seguía yendo todos los días a la concatedral de Santa María para ayudar echar una mano a sus compañeros.