El derbi del domingo entre el Imperio y el Mérida ya tiene tintes de distintos colores. Hace treinta y seis años que no se celebra un encuentro entre ambos, nuestro compañero Jose Antonio Reina estaba en la escuela de los cagones.

Los dos presidentes de aquella época Agustín Giménez Villaoz, una de las mejores personas que han pasado por el deporte de esta región y que más ha luchado de forma desinteresada con su mujer, Angelita Montero, y Francisco Alvarez Benito, que también luchó y le costó salud, dinero y amor, eran sus representantes. Treinta y seis años. Vivía Franco y las cartas terminaban: por Dios, España y su revolución Nacional Sindicalista. Viva Franco. Arriba España .

Ha pasado el tiempo. El Imperio ha tenido una larga y fructífera vida. Su mayor gloria fueron los años de la Liga Nacional de Juveniles, donde muchos jugadores llegaron al Mérida como, por poner un ejemplo, Isaac Alvarez Morales, hijo del presidente del Mérida, no solo fue jugador sino su médico. Uno de sus mejores amigos deportivos era Fernando Saavedra, un gitano, familia de los Biri, que era todo un lujo, ha llegado a ser enlace sindical, se casó con una guapa paya y se perdió su carrera deportiva.

El tiempo ha pasado y el domingo vuelve el derbi y los presidentes son Antonio Calvo, del Imperio, que le sigue poniendo dinero, disgustos y trabajo y José Fouto Galvan, hijo del mítico y mejor presidente que ha pasado por esta región José Fouto Carvajal , que lo llevó dos temporadas a Primera División y quiere llevarlo a lo más alto. Como su padre. Parece que los ánimos están calentitos, como todos los derbis, eso es lo normal, hasta positivo, dentro de unos cauces. Gane quien gane, ganará Mérida, ambos son de esta ciudad y están en cabeza, pero no hagamos de este derbi un motivo de venganza, no sería justo ni razonable. Que gane el mejor.