Pan, leche, huevos y azúcar. Son los ingredientes básicos del dulce más típico de estas fechas: la torrija. Por ello, y coincidiendo con la celebración del Domingo de Ramos, la Cadena Cope de la ciudad repartirá hoy, a partir de las 18.00 horas, más de 2.000 torrijas de manera gratuita en la plaza de España. Si echamos la vista atrás, el éxito alcanzado por esta peculiar iniciativa es más que considerable, ya que el primer año tan solo se repartieron unas 200 torrijas.

Este evento gastronómico tiene como objetivo mantener una de las tradiciones que se repite año tras año en la época de Cuaresma y durante la Semana Santa, así como el consumo y la producción como un dulce típico de estas fechas en Extremadura. Las torrijas estarán elaboradas en esta ocasión por el catering Vía de la Plata y se van a servir en un plato con una servilleta. Según informa la organización, este evento es "único en el país", ya que se trata de la mayor 'torrijada' de cuantas se celebran en España en relación al número de dulces que se reparten.

En esta quinta edición, la cita cuenta con la promoción de la Consejería de Turismo del Gobierno regional y la colaboración del Ayuntamiento de Mérida, que instalará una jaima de veinte metros en la plaza de España y el vallado necesario para regular el paso de cientos de personas. Asimismo, la Cadena Cope, en colaboración con la Junta de Cofradías de la capital extremeña, entregará a los asistentes un folleto con los recorridos e itinerarios de cada hermandad de Mérida, con una clara recomendación a los emeritenses para que visiten la web oficial de la Junta de Cofradías estrenada este año.

La idea original de esta 'torrijada' nació a raíz de una cadena de favores que se hacía en la radio, donde las personas llamaban para aportar algún ingrediente que faltase para elaborar la receta. El primer año los empleados de la panadería Don Mollete, que cuenta con locales en la calle Pablo Neruda y en el Mercado de Calatrava, fueron los encargados de cocinar las torrijas. Para su propietario, José Antonio Fernández, es conveniente comenzar la producción del dulce con la llegada de la Semana Santa, no antes, y aconseja que se hagan "con pan asentado de un día para otro". Sobre este asunto, José Antonio recomienda que las torrijas se introduzcan en leche fría, porque de lo contrario, se inflan y no quedan jugosas.

Perfil del comprador

En el establecimiento de la empresa Indupan que se ubica en el número 8 de la calle Oviedo llevan haciendo torrijas desde el año 1964, cuando abrieron la parte destinada a la pastelería. Uno de los dueños del negocio, Salvio Ariza, confiesa que siguen haciendo la receta tradicional, ya que es la más económica, y cada torrija se vende a un euro. "La pena es que no se puedan hacer de muchas variedades porque sube el precio y no tienen salida", sostiene. Con respecto al perfil de los compradores, el empresario indica que principalmente suelen ser personas mayores, cuyo rango de edad más habitual a la hora de adquirir el producto es a partir de los 40 años, ya que la gente joven "es la que menos compra".

En la actualidad existen muchas variedades de torrijas en función de la región, de la calidad de los ingredientes o de las cantidades que se utilicen. Uno de los aspectos esenciales es el tipo de pan que se utilice, ya que puede ser casero o un pan especial para torrijas que ya se vende en cualquier supermercado o pastelería. De manera sencilla, cabe destacar que las torrijas se caracterizan por ser unas rebanadas de pan de unos 2 centímetros de grosor empanadas en leche o vino, que posteriormente son rebozadas en huevo y fritas. Por último, se aromatizan con canela o algún licor y se endulzan con miel, almíbar o azúcar según los gustos. Además, y debido a que aceptan toda clase de acompañamientos, suele ser un dulce muy apropiado para estas fechas porque le gusta a todos.

El origen de la torrija o torrejo en España está documentado en el siglo XV, cuando Juan del Encina las cita: "Miel y muchos huevos para hacer torrejas", al parecer como un plato indicado para las mujeres que habían dado a luz recientemente. La primera receta del dulce aparece recogida en el siglo XVII en el Libro del arte de cozina , del cocinero español Domingo Hernández de Maceras (Salamanca, 1607), y cuatro milenios después siguen estando presentes en las mesas de aquellas familias que apuestan por mantener viva la tradición.