El emeritense Luis Soto Muriel comenzó poco antes de cumplir los 13 años en el cine de verano Ferroviario de Mérida, ya que un vecino le había animado a ayudar a "darle la vuelta a las bobinas". Al verano siguiente, sigue realizando esta labor en la terraza del Deportivo, donde conoce a Arturo Salete (Premio Miradas 2008), quien le propone seguir en el cine Trajano durante el invierno. En su cabina, coincide con Juan Matamoros y Narciso Paniagua y yaejerce de ayudante a comienzos de los años 60. Más tarde pasa por el cine Alcazaba, donde coincide con Rafael Bonilla, jefe de cabina y formador de muchos profesionales de la exhibición; y José de la Osa, a quien sustituye en los descansos. "Fue una experiencia muy dura pero me gustaba mucho", afirma Soto, quien añade que estuvo "poco tiempo" ya que a los 18 años dejó el trabajo en los cines porque no consiguió un aumento de sueldo de 75 pesetas. No obstante, reconoce que le hubiera gustado seguir porque se hizo un gran aficionado "de las películas de romanos y de vaqueros".