Dos empresas se han presentado para construir la ciudad deportiva de Mérida. Una gallega y otra sevillana.

Nadie se ha presentado de Extremadura y de Mérida, ni lo han intentado. O los gallegos son muy listos y nosotros gilipollas o nosotros somos los listos y los gilipollas son los gallegos. Cuatro mil millones de pesetas la cuantía. Te dan unos terrenos para construir algo que sea rentable y así enjugar el costo de los cuatro mil millones de pesetas, no me hago a los euros. Y, para que todo quede bien claro, si hay perdidas en los cuarenta años que la van a explotar, lo paga el ayuntamiento.

Está claro, ¿quién es el gilipollas? Alguno no se ha presentado por el que dirán. O porque no lo ven claro y desde tan lejos, desde las rías gallegas, la tierra del pulpo y los buenos pescados vienen a darnos una lección de emprender un proyecto que se presenta rentable. Un empresario cuando hace una inversión es para ganar. Para perder se queda comiendo mejillones al vapor.

Y la policía que no quiere hablar con los representantes del gobierno municipal Pilar Vargas, Gonzalo García de Blanes y Manuel Balastegui, que el pobre se está llevando unos sofocones que no hay derecho. Le han dado el hueso más duro de roer y ya la dentadura no la tiene para tantos trotes y algunas cosas se puede tragar, otras ni lo intenta. Trabaja como un esclavo. No para. Lo de la parrala unos dicen si, otros dicen que no... lo mejor es echarse una bailada en la plaza de España y que nos quiten lo bailao.

Por el momento tenemos ciudad deportiva y a los agentes de la policía cabreados, como para aparcar mal.