Terminó la feria de Mérida sin que la climatología le afectara. Se libró por poco. Una larga y nocturna tormenta estuvo presente en la ciudad de Mérida en la tarde noche del miércoles. Es una premonición esta tormenta de lo que ocurrirá en política en el año que nos espera, una tormenta que terminará el último domingo de mayo. Ese día a más de un político le caerá un rayo y no se levantará más en la vida política de esta región.

El alcalde de Mérida Pedro Acedo está deshojando la margarita, como lo hace Miguel Celdrán y José María Saponi ni sabe ni contesta. En este mes se reunirá el Comité Ejecutivo Nacional y dará los nombres que encabezan las candidaturas en las capitales de provincia y en las capitales autonómicas.

Mérida ya tiene su candidata en caso de que Pedro Acedo no se presente, será Pilar Vargas, aunque hay voces que no están muy de acuerdo con esta decisión personal de Acedo y les gustaría que decidiera una Asamblea Local para sopesar quien tiene más posibilidades. Por el momento a Acedo no se le discute nada y quien manda, manda, y aquí no ha pasado nada.

Con el traslado del día de Extremadura a Cáceres se ha liado una buena, pero, en honor a la verdad, tampoco le hubiera costado nada a la Junta de Extremadura decirlo con la debida antelación al Ayuntamiento de Mérida y no pocos días antes de esta celebración cuando ya tenían todo previsto para hacerlo aquí. Nada que objetar a que Cáceres tenga este evento, pero las formas no han sido las correctas. Mérida se volcará con Cáceres en todo. Normal. Así ha sido siempre. Y será.