Mérida da el adiós definitivo a los míticos quioscos de su plaza de España. Tras ocho meses de polémica, ayer a primera hora de la tarde comenzaron los trabajos de derribo para la construcción de los nuevos bares. El primero en caer fue ‘Jauja’, el más cercano al ayuntamiento, y a este le siguió el que se sitúa junto a la calle Puente.

En poco menos de una hora una máquina retroexcavadora hizo caer lo que para muchos era ya parte de la historia moderna de Mérida, pues estos quioscos acumulaban casi un siglo de vida y han visto crecer a muchas generaciones. Quizás por ello, aunque toda la ciudad lo sabía la demolición no dejó indiferente a nadie: vídeos, fotos y mensajes de pena y añoranza llenaron rápidamente las redes sociales. «Algo se nos va», escribió Fernando Delgado, cronista oficial de la ciudad.

Como ya informó este diario, los nuevos adjudicatarios no se han puesto de acuerdo y serán dos empresas diferentes las que ejecuten los trabajos. La constructora S&B, contratista de Hostelerex y Boctaex, empezó ayer. Comenzaron por la mañana con el vallado del perímetro de la plaza y pasadas las tres de la tarde se produjo el primer derribo.

Los otros dos quioscos (situados frente al hotel Mérida Palace) aún permanecían intactos al cierre de esta edición, pero su demolición también será inminente porque el pliego de condiciones establece que las obras tienen que ejecutarse al mismo tiempo. En este caso, los adjudicatarios son El Nevero y Vía de la Plata.

725.000 euros de inversión

La remodelación de la plaza tendrá un coste total de 725.000 euros (181.250 por quiosco) y la intención de todas las partes es que esté lista para Semana Santa. El derribo estaba previsto para la pasada semana pero se retrasó por los planes de salud y seguridad, pues el vallado y los futuros accesos a la obra tenían que ser compatibles con la carpa que se instalará para el carnaval.

El nuevo proyecto, titulado ‘Espacios Verdes’, ha sido diseñado por el arquitecto cacereño José Javier Sánchez (ganó el concurso que convocó el ayuntamiento el verano pasado) y destaca por ser «absolutamente moderno», lo que le ha valido para ganarse tantos defensores como detractores. En el diseño prevalecen las fachadas de aluminio y cristal y un jardín vertical, elementos que para muchos no casan con la estética de la vieja plaza emeritense.

A todo ello se suma el conflicto abierto entre el ayuntamiento y los antiguos concesionarios, que todavía hoy continúa. De hecho, tan solo unas horas antes de comenzar los derribos volvieron a pedir que el proceso se paralice, pues según aseguran «todavía hay dos procedimientos vivos en los juzgados».

Su representante legal, Alberto Delgado, explicó que ellos entienden que la adjudicación sigue a día de hoy sin ser definitiva, puesto que el ayuntamiento no respondió en tiempo y forma al recurso que IU presentó contra el pliego. Indican además que «se ha abierto un nuevo frente que puede dar más quebraderos de cabeza a las nuevas adjudicatarias», pues según denuncian los nuevos quioscos pueden disponer de cocina, una posibilidad que no se contempla en la normativa urbanística de Mérida.

En respuesta, el ayuntamiento reiteró que los dos juzgados de lo contencioso-administrativo han archivado los cuatro primeros recursos de los viejos ocupantes y que estos «han perdido todos los pleitos», lo que permite seguir con el proceso. Y en relación a la cocina, aclaran que se plantea como elemento de mobiliario, no como espacio delimitado.