Se precia de tener amigos "por toda España gracias al baloncesto". Antonio Martín Oncina (Campello, Alicante, 9-7-49) es un tipo con don de gentes que ha protagonizado, desde el trabajo y la humildad, cualidades compatibles con la ambición, una gestión que ha llevado al Plasencia a la segunda categoría del baloncesto, la LEB, para orgullo de la capital del Jerte.

"Soy un profundo enamorado de mi ciudad y lo he querido demostrar a través del deporte". A Martín Oncina le priva Plasencia, ciudad a la que llegó cuando apenas contaba con cinco años. "Llevo 50 años aquí, soy placentino", remarca este licenciado en Derecho, agente de la propiedad y broker , responsable de la empresa Fincasa-Fincaex, al que su pasión por el baloncesto le llevó a estar en activo como jugador "no demasiado bueno" hasta los 40 años. Fundador del genuino Plasencia, lleva ya más de 13 años al frente del club. Vicepresidente también de la federación extremeña que comanda Jesús Luis Blanco, tiene mil anécdotas que contar. En la temporada 94-95 le llegó a exclamar a un directivo "¡Qué susto!", ya que el Plasencia se metió en el último play off de la entonces EBA y estuvo a un paso de la ACB. Pero, como su mujer, Alicia Terrón (ésta por la vía de la música), él insiste en que lo más importante es servir a una idea. "Sólo aspiro a disfrutar y a que disfrute la gente". Amén.