WMwás de ocho años después de su última celebración, el Senado recuperó ayer el debate sobre las autonomías en un nuevo impulso de Rodríguez Zapatero para intentar redefinir el Estado autonómico y proyectar una España cohesionada y plural. Zapatero mostró su convicción de que se puede llegar a un acuerdo entre el Estado y las autonomías que recuerde a los planteamientos federales europeos. Como hubo realismo, se abrió la sesión abordando el escollo principal: el déficit financiero de todas las comunidades. Zapatero puso fecha inmediata a la negociación --multilateral-- del nuevo sistema de financiación, y reiteró su oferta de anticipos para los problemas más urgentes, como hizo con la sanidad. Luego dibujó el cauce para la acción futura: la reforma del Senado.

Esta seriedad del presidente le dio a la sesión un tono de equilibrio político, pero el catastrofismo de fondo de Rajoy tapó el protagonismo de los presidentes autonómicos populares. Aunque éstos posiblemente empiezan a entender que para sus comunidades la mejoría cara al futuro pasa por una fórmula de financiación que les proporcione estabilidad y un Senado que potencie su peso político.