La Consejería de Igualdad y Empleo va a renovar con los ayuntamientos de las cuatro ciudades más pobladas de Extremadura los convenios por los cuales sufraga programas para la mejora de las condiciones de vida de los habitantes de los barrios más problemáticos. En esta ocasión, la cuantía total de lo que se derivará a estos programas será de un millón de euros.

Las ayudas se incluyen en el denominado Programa de Inclusión Social 2008-2011 y merced al mismo ha habido acciones muy positivas, particularmente los talleres de empleo, que han hecho posible que los alumnos hayan entrado en contacto con módulos de apredizaje que bien podrían traducirse en salidas laborales.

Sin embargo, es de temer que la realidad de estos barrios (Aldea Moret, en Cáceres; Los Colorines y Suerte de Saavedra, en Badajoz; La Data, en Plasencia y San Lázaro, en Mérida) sea lo suficientemente complicada como para que estos programas formativos no sean suficientes aunque sean bienintencionados. Ahí está el largo conflicto que llevan a cabo familias de Cuestas de Orinaza y Los Colorines en Badajoz para mostrarlo: la mayoría piden vivir en condiciones de seguridad y de paz vecinal. Un problema más complejo y de más difícil solución.