Manhunt: Unabomber, emitida en Netflix, narra una historia real: entre 1978 y 1995 alguien se dedicó a enviar por correo ordinario hasta dieciséis paquetes bomba que provocaron tres muertes y veintitrés heridos. El grado de indefensión de los estadounidenses crecía conforme el FBI fracasaba año tras año en la búsqueda del culpable, que resultó ser Ted Kaczynski, exprofesor de la Universidad de Berkeley, un genio de las Matemáticas, hombre atormentado y marginal que, en su guerra contra la tecnología, vivía como el Walden de Henry David Thoreau en una cabaña perdida del bosque, sin electricidad, ni teléfono ni agua caliente. La idea era regresar al primitivismo y recuperar así la libertad perdida --según Kaczynski, apodado Unabomber-- por el triunfo de la tecnología en la sociedad.

Y a todo esto, Unabomber sembraba cada cierto tiempo el terror, preferiblemente en universidades y aeropuertos.

Manhunt: Unabomber articula su narración en dos planos marco-espaciales: por un lado las infructuosas investigaciones del FBI, muy perdido pese a contar para este caso con todos los medios humanos y materiales, y por otro, el relato de la vida de Unabomber, que había sufrido acoso escolar y dolorosas traiciones personales.

El desenlace del caso marcó un antes y después en la criminología: por primera vez se encausó a un sospechoso gracias a pruebas lingüísticas (después de que la prensa publicara su manifiesto, permitiendo así que la familia del propio terrorista pudiera denunciarlo tras reconocer su idiolecto).

Manhunt: Unabomber es una propuesta seductora para los aficionados de la historia moderna de EEUU, el lenguaje o la mente humana. Una historia sobrecogedora que se ve, intuyo, con la misma convulsión con la que los estadounidenses siguieron el caso durante aquellos años en los que abrir cualquier paquete de correos podría conllevar un terrible regalo sorpresa.