WCwasi nos hemos olvidado de lo agobiante y malcarada que era la política gubernamental hace sólo un año. El principal mérito de José Luis Rodríguez Zapatero es ése: en solamente 12 meses, ha distendido la política española. Aunque el Partido Popular haga mucho por mantener la tensión que antes creaba José María Aznar y a pesar de que los socialistas disponen de una mayoría limitada que no les facilita las cosas, España está hoy gobernada con más respeto democrático hacia todos sus ciudadanos.

Por otra parte, el equipo de Zapatero ha empezado a efectuar un giro progresista del concepto del Estado, ha mejorado el reconocimiento de la pluralidad en todas las direcciones, y ha adoptado decisiones legislativas sobre la vida cotidiana tan valiosas como la nueva ley contra la violencia de género o el final de las discriminaciones por la forma como decide vivir la sexualidad cada persona.

TODO EMPEZO CON LA RETIRADA DE IRAK.

Se está cumpliendo la promesa electoral de rediseñar la política exterior. Nuestros soldados salieron de Irak, hemos vuelto a la complicidad con Francia y Alemania y ya no somos un caballo de Troya al servicio de George Bush dentro de las instituciones europeas. La Casa Blanca nos muestra desdén, pero nuestra diplomacia trabaja para que Estados Unidos acepte que unos amigos no tienen por qué ser lacayos.

Las dificultades de Francia respecto de su referendo acreditan que conseguir en España el razonable europeo por el que tanto trabajó José Luis Rodríguez Zapatero tuvo mérito.

POLITICA EN VEZ DE IMPOSICIONES.

Resulta también nítido el esfuerzo por mejorar la convivencia interior y reconocer mejor las heterogeneidades nacionales. Se ha reanudado un diálogo institucional normal entre Madrid y Euskadi, parece más próximo el final de la violencia de ETA, y caminamos hacia la reforma constitucional y hacia unos nuevos estatutos. Se está dejando atrás, haciendo política, el ninguneo aznarista del modelo autonómico.

La contribución de ERC a la estabilidad parlamentaria, con una actitud más seria y constructiva --sin renunciar a sus principios-- de lo que dice la derecha, es positiva. Lo mismo ocurre con IU e Iniciativa. Son decisivas, y deberán serlo más en el futuro, para que el PSOE prosiga con claridad de ideas el giro en educación, sanidad, inmigración y vivienda. Pero debe perder complejos. Hay reformas, como la fiscal, como la nueva financiación económica o como la ofensiva contra la contratación precaria y abusiva, que si se realizan con eficacia, sellarán la complicidad entre este Gobierno socialista y el conjunto del electorado progresista.