Varias son las conclusiones que se pueden sacar de las elecciones andaluzas y muchas las notas que los partidos deben tomar. Pero los que más han perdido son los que han de sopesar con detenimiento su fracaso, hacer autocrítica e intentar enmendar sus errores. Los ganadores, de momento, pueden dormir a pierna suelta mientras saborean sus buenos resultados y piensan qué estrategia seguir para aumentar su credibilidad.

UPyD se ha quedado fuera, quizá debido a su naturaleza indefinible, e IU no ha salido bien parado, puede que se deba a sus pactos, poco acertados. Pero ha sido el PP el gran perdedor. ¿A qué se debe? De momento el mensaje de Rajoy es claro: los andaluces votan en Andalucía, pero no en el resto de las autonomías, o sea que el resultado no se puede extrapolar. Sin embargo nadie le asegura que se produzca un efecto contagio, y en otras autonomías en las que gobierna el PP se dé la sorpresa. Rajoy no debería dormirse en los laureles.

No está sirviendo de nada ese mensaje continuo del PP sobre la efectividad de su política de austeridad. Por mucho que el Gobierno diga que hemos salido de la crisis, la generalidad de los ciudadanos no nota mejoría, por lo tanto, el PP debería dosificar su triunfalismo. Esa propaganda excesivamente positivista lanzada para contentar al electorado está provocando el efecto contrario.

Por otro lado, al surgir Ciudadanos como fuerza a tener en cuenta, el PP ha perdido la exclusividad de la derecha. Ya no están solos ante el votante conservador. Es lógico que el PP defienda su dominio arremetiendo contra su inmediato competidor --todos los partidos lo hacen--. Pero lo inadmisible son esos golpes bajos dados a Ciudadanos y a su líder, Albert Rivera , reprochándoles ser catalanes. Cosa que seguro a muchos votantes no debe haber gustado, porque no se puede entender que políticos no catalanes que defienden a capa y espada la unidad de Cataluña con España, intenten deslegitimar a políticos catalanes que defienden exactamente lo mismo. Para recoger votos en las urnas hay que sembrar mesura en las calles.