Filógogo

Hemos oído hablar estos días más del Mar Egeo, del Gal, de Filesa, de lo que tardó Felipe González en ir a Galicia, de las medidas que tomó, que de resolver el problema gallego. El Gobierno y su tortícolis creen que echando la vista atrás logrará "el mal de muchos, consuelo de imbéciles".

Hemos oído hablar también de la deslealtad de Zapatero, de su afán electoralista, de su falta de patriotismo. ¿A quién será leal un Gobierno que no le da tiempo a rectificar las mentiras que dice a su pueblo, que trabaja para que no le voten y cuyo patriotismo consiste en hacer, con veinte días de retraso, cuanto propone el líder de la oposición?:

--"Que mande el Ejército a Galicia": a los veintitantos días el Ejército y la Armada, embarrancada, eso sí, en Galicia;

--"Que forme un gabinete de crisis, con el presidente al frente": a los veintidós días el gabinete de crisis formado, con el presidente al frente;

--"Que dé explicaciones al pueblo gallego y a la ciudadanía": a los veintidós días Aznar en la bochornosa televisión española diciendo que ha tenido mucho trabajo, que no ha podido ir, que han sido rápidos como el veneno, pero menos que el fuel, claro, y que Felipe González tardó más en ir.

Los ministros han despreciado a los técnicos, han sido desleales con la comunidad científica, han ocultado la fiable información francesa y portuguesa y han negado la marea negra y el desastre ecológico, pero han cantado a coro, desde el puesto de caza, la canción del Gal y de Filesa.

¿Habrá sucedido algo estos días en Galicia? ¿Habrá alguna respuesta para el rapaciño que preguntaba por qué España no tiene barcos para limpiar el fuel? Felipe, la culpa es de Felipe, fillo, que se empecinó en el déficit cero y breó las rías.

Tras él vinieron otros políticos afectados de una tortícolis que ningún terapeuta freudiano puede curar y que les ha convertido en acomplejadas y troleiras estatuas de sal.