Hace dos años, cansada de contratos basura, sueldos precarios y jefes irrespetuosos, decidí a pesar de mi edad y de mis cargas económicas, aventurarme en el mudo maravilloso de la oposición, donde claramente veía que estaba mi futuro. Esa ilusión, se ha ido desvaneciendo irremediablemente, supongo que yo y esos otros 69.999 opositores que, esperan que nuestra querida consejera de Presidencia se acuerde de nosotros y convoque cuanto antes esas cuantiosas plazas que tanto anhelamos.

Todo esto que ha ocurrido hace pocas semanas, esa sesión de la Asamblea donde Casilda Gutiérrez explicaba, o al menos intentaba, el porqué de esta situación caótica, esos retrasos interminables, esos procesos tan dudosos que estamos acostumbrados a vivir convocatoria tras convocatorias... pues mirad, no entendí nada, no comprendo por qué siendo Extremadura una de las comunidades autónomas con mayor número de funcionarios, los procesos administrativos tardan tanto en resolverse.

No necesito ninguna explicación, no quiero respuestas, lo único que quiero es saber cuándo serán los exámenes, ya sé que la convocatoria será a finales de este año, es decir, si por ley el proceso dura máximo 9 meses... ya lo habrán conseguido, habrán pasado las elecciones y con ello habrán usado como baza electoral el número de empleos públicos que oferta la Junta de Extremadura, vanagloriándose de su preocupación por los jóvenes de la región y el empleo. Algunos lo creerán, otros como yo, lo único que siento es rabia por estar perdiendo tiempo sin poder trabajar, y todo por vivir en Extremadura, una comunidad autónoma sin empleo, y donde nadie se preocupa por los jóvenes que no queremos emigrar ni separarnos de nuestras familias.

Deberíamos, los opositores, dejar a un lado los apuntes y folios, y comenzar a pensar en manifestaciones, en salir a la calle y dar a conocer nuestra situación, hacer entre todos una poco de fuerza. Quizás así, presionaríamos lo suficiente, o al menos que la gente sepa de nuestra difícil situación. NURIA MOLANO. Cáceres