El Gobierno dio ayer un paso más en la lucha contra el tabaquismo. El decreto por el que las compañías estarán obligadas a incluir en las cajetillas fotos de los graves efectos que causa en el organismo el consumo de tabaco es la evolución de la normativa actual, del 2002, que introdujo la leyenda ´Fumar perjudica gravemente la salud´, luego acentuada con la de ´Fumar mata´. A partir del año que viene, imágenes de un pulmón canceroso o una garganta tumorada serán las que encontrarán los fumadores cada vez que se dispongan a practicar su costumbre/adicción. La eficacia disuasoria de esta contundencia gráfica entre quienes ya son consumidores de tabaco es difícil de cuantificar, pero por modesta que sea vale la pena. Donde sí tiene un notable impacto positivo, según demuestran todos los estudios, es entre la población infantil y adolescente, a la que le llega inequívocamente el mensaje de que el tabaco, efectivamente, es dañino para la salud y que no debe caer en el error de asociarlo al glamur. En la medida que la batalla contra el tabaquismo es de largo recorrido, desincentivar el consumo por parte de las nuevas generaciones es una inversión más que correcta en términos sociales y de política sanitaria.