No es el más mediático, pero el médico español Pedro Alonso quizás simbolice mejor que nadie el espíritu con el que fueron creados los premios Príncipe de Asturias. Alonso ayer recibió el de Cooperación por su contribución a la lucha contra la plaga de la malaria, que mata cada minuto a dos niños menores de 5 años en el mundo, desde un centro de Mozambique.