El alcalde de Navalmoral, Rafael Mateos (en la foto), ha sido el primer precandidato a sustituir a Carlos Floriano al frente del PP regional que ha pasado a ser candidato: el lunes presentó más de los avales necesarios que le permiten estar en la carrera de la sucesión. Quiso con ello, según dijo, "marcar territorio" y dejar claro a los otros pretendientes que "llegará hasta el final" en su aspiración.

Mateos, sin embargo, que es un político avezado, ha cometido en error de bulto planteando, de entrada, una contradicción en sus términos: ´soy el hombre del consenso en el PP; nadie, como yo, puede encarnar esa unidad, pero yo con Monago no me junto´. Es lo que vino a decir en el momento en que depositaba en el PP los avales que lo hacen candidato. Es difícil de entender que un político sea capaz de aglutinar tras de sí a las diferentes facciones dentro de su partido (eso sería un hombre de consenso) y que al mismo tiempo excluya la que representa el presidente provincial que cuenta con más militantes.

Es de desear que la declaración de intenciones del resto de candidatos a suceder a Floriano sean de muy distinto tenor a las de Mateos porque, de lo contrario, el PP no va a celebrar en noviembre un congreso, sino una guerrilla.