Tras la desafortunada temporada taurina del 2016 en Cáceres. Nos encontramos en plena primavera, en la que hemos de ayunar de todo espectáculo taurino. Pero esta inactividad que debe ser solo aparente porque este descanso hemos de aprovecharlo todos para hacer firme propósito de enmienda, a fondo, de cara a la feria.

Nos encontramos en el ecuador de esta primavera en la que, como todos los años, los que sentimos afición por la fiesta de los toros y los que negocian con ella, nos toca de espiar los errores cometidos en la temporada anterior. Hay que regenerarse en el Jordan del arrepentimiento, para que cuando se oigan los primeros toques de clarín de la feria, limpio de toda culpa, podemos unos y otros contribuir al engrandecimiento de esta fiesta española, que es la más española de todas las fiestas.

Como viejo aficionado, como amante de la fiesta de los toros y defensor a ultranza de la plaza de Cáceres y sus festejos, no puedo estar conforme con las gestiones que ha venido llevando nuestro consistorio en esta materia.