En ocasiones, el mal llamado Tercer Mundo (España es la décima potencia económica) da lecciones que deberíamos aprender los que estamos de este lado. La falta de medios y el atraso queda paliado con una entrega y una voluntad capaces de derribar los muros de la burocracia y la legalidad, y demostrar que pueden salvarse situaciones límite.

El pasado 15 de marzo esta asociación viajó nuevamente a los campamentos de refugiados del Sáhara. Pocas horas después, una de nuestras voluntarias sufrió un accidente fracturándose la pierna derecha por tres puntos distintos. Estábamos en el campamento 27 de febrero , en el desierto. Sin analgésicos, sin médicos especialistas, sin centros hospitalarios dotados de los más mínimos medios materiales. Pero sí un personal humanitario haciendo gala de este adjetivo. Estuvimos acompañados en todo momento. Nos visitó el ministro de Sanidad saharaui, el director de protocolo y casi cualquier persona que conoció de nuestra situación. Se optó por la evacuación- y se consiguió, en menos de 24 horas y gracias a la ayuda de saharauis y argelinos. Nos visitó el director del aeropuerto de Tindouf y un avión de Air Argelie nos trasladó a Argel, donde aguardaba el embajador saharaui. Sin duda, un trato exquisito.

Paradójicamente, con la llegada a España comenzó nuestro calvario. Las facilidades de la compañía (que por vergüenza omito) se basaron en burocracia, requisitos y falta total de humanidad, es decir, el Primer Mundo.

Queremos agradecer a saharauis y argelinos, pobres en medios, pero ricos en valores, la lección irrenunciable que han sabido darnos.

Angel Luis González Borrego **

Villanueva de la Serena

Presidente de la Asociaciónde Amigos del Pueblos Saharaui.