TLta broma de la COPE, al tener consecuencias políticas de índole internacional y nacional, retrata a los autores que la han perpetrado. Hasta ahora, que yo recuerde, no había un precedente en España en el que las relaciones internacionales hubieran entrado en la picadora de las gamberradas; esa tradición se ha roto.

En todo caso, de la utilización que haga el Partido Popular de la información obtenida por un medio de comunicación mediante el engaño y la suplantación del presidente del Gobierno, se podrá deducir mucho de los límites a los que está dispuesto a someterse el partido de la oposición y cuáles piensa traspasar.

En España estamos instalados en el Euronarcisismo de pretender homologar situaciones políticas, económicas y sociales desparejas con los credos que hemos hecho nuestros, apoyados en un crecimiento económico sostenido y en un estado del bienestar. Pero la transformación de otras realidades distantes sólo puede hacerse desde el respeto profundo a esas idiosincrasias. Con este incidente y con la descalificación grosera que revela lo ocurrido se pueden sacar lecciones para el futuro. No hay nada más fácil que despreciar desde un complejo de superioridad muy malentendido. Lo inteligente para España sería cooperar con los países que tratan de salir de la pobreza, brindarles apoyo político e institucional y, sobre todo, no reírse de ellos.

*Periodista