En tiempos de promesas y votos, la muerte ha querido sacar a la calle a sus secuaces. Los terroristas han vuelto a callar a un pueblo que se levantaban como cada día a trabajar. Con sus problemas, sus dudas, sus deseos, sin saber que el tren que los llevaba dejaría a su paso el aliento de la desgracia. Madrid llora desconsolado, impotente ante esta tragedia insólita en nuestro país y que nunca podremos olvidar. Una vez más, la más sangrienta organización terrorista del viejo continente se hace noticia para todo el mundo. Ahora es cuando debemos unirnos como demócratas, y levantar el grito contra todo acto de terrorismo, para que las palomas que volaron desde Madrid, vuelvan un día, con un ramo de olivo, al oír el canto de la libertad. JAVIER SANCHEZ FERNANDEZ Cáceres