El curso político se inició, el miércoles 8 de septiembre, con la sesión de control al Gobierno por la oposición. Una vez más se manifestó la incapacidad de Zapatero y Rajoy para ponerse de acuerdo sobre la marcha de la economía española. El presidente del Gobierno pidió de nuevo a Rajoy su colaboración y una actitud constructiva ante el ritmo moderado y la situación todavía de incertidumbre de la economía, pues su labor en estos momentos es la de crear empleo e impulsar la economía con o sin ayuda de la oposición. Y requirió de nuevo la presentación en el Congreso de las 50 medidas elaboradas por el PP sobre temas económicos, esperadas por todo el mundo, para discutirlas y aprobarlas si representan mayores estímulos para nuestro ritmo de crecimiento. Pero la respuesta de Rajoy fue la de siempre, denunciar que el paro aumenta, el crecimiento disminuye y no hay salida a la situación con Zapatero al frente del Gobierno: "Usted está en minoría, no tiene apoyos, y su Gobierno está en situación de provisionalidad", dijo el líder de la oposición. Le faltó a Rajoy pedir --no era el momento-- la dimisión de Zapatero y la convocatoria de elecciones. Otra oportunidad perdida y van..., de nuevas propuestas y estímulos de los partidos para salir de la ralentización económica.

No sé si sabe el PP y Rajoy cuando tengan el poder, si es que se da el caso, no podrán llevar adelante las reformas que necesita el país sin contar con el PSOE. Entonces el partido socialista estará esperando a que los problemas económicos sin resolver y el desprestigio del PP los lleve de nuevo al poder. ¿Y así hasta cuándo se va a repetir ese intercambio? ¿Cuánto más debe deteriorarse nuestra economía para que los políticos se pongan de acuerdo y formen una coalición multipartidista y multisectorial --vamos, los nuevos Pactos de la Moncloa-- para salir de esta larga crisis? ¿Es necesario recordar que todavía estamos a tiempo?

Angel Luis Jiménez **

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