Difícil papeleta la del primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani . Su país vivió ayer el atentado más sangriento en lo que va de año. Al menos 64 personas murieron y 80 resultaron heridas en un doble atentado suicida contra la principal fábrica de armamento de Pakistán. Guilani reiteró recientemente a George Bush su compromiso y el del presidente interino, Mohamadmian Sumro , de lucha contra los terroristas y extremistas, pero a la vista de los acontecimientos parece inviable que esta batalla de sus frutos. Guilani también se comprometió a sacar al país de la crisis política y económica, otro reto que no es compatible con la escalada de violencia.