Ha bastado una manguera de agua a presión y aguarrás para que una parte del pavimento del rincón de San Esteban haya quedado blanco y el resto del suelo, negro. Lo han hecho algunos vecinos de la zona, que querían demostrar precisamente que "este espacio está sucio porque no se limpia convenientemente" y que con una limpieza adecuada, desaparecerían las manchas de orines y restos de basura o chicles que hay en todo el trayecto hacia la catedral.

Precisamente, ayer aparecieron en todo este recorrido carteles pegados a las fachadas --como la de la iglesia de San Esteban y la plaza de abastos-- que se dirigían a los turistas de esta forma: "Están ustedes llegando a las catedrales, admiren las manchas del suelo, son orines del fin de semana y los sufrimos todos menos los responsables municipales". La policía los retiró.