Una lesión de tobillo apartó a Nanda Sánchez un par de temporadas de su profesión, psicomotricista infantil. El parón le sirvió para poner en práctica una idea que le rondaba la cabeza desde hacía tiempo: una oenegé dirigida a todos los zafrenses que lo necesitaran. Más de dos años después, Zafra Solidaria atiende a 70 personas en su comedor y se ha convertido en una de las principales oenegés de Extremadura.

--¿Cómo y por qué nació Zafra Solidaria?

--Yo vi la necesidad de ayudar a las personas. Veía que la gente cada vez salía menos, que pasaban menos tiempo en la calle. Se me ocurrió que en mi tiempo libre podía crear un comedor social. Lo puse en facebook y, aunque esperaba la ayuda de mis amigos, tuve la gran sorpresa de que fuimos muchos.

--¿Hace cuánto tiempo de eso?

--Eso fue en junio del 2012. Pero la presenté como asociación (después de todos los trámites y el papeleo) en octubre del mismo año. Dos temporadas largas llevamos ya de recorrido.

--¿Qué balance hace de este tiempo?

--Zafra Solidaria empezó atendiendo a dos familias en una cochera porque no había local y desde entonces no hemos dejado de trabajar. Luego nos dejaron un despachito en el Centro Recreativo Segedano, donde ya se podía empezar a atender a más gente. Las familias crecieron hasta llegar a trece. Después nos cedieron una casita vieja que nos arreglaron los voluntarios albañiles.

--Y después el culmen del proyecto, el comedor social...

--El 21 de octubre lo abrimos. Aunque bueno, la gente piensa que el comedor es el final, pero Zafra Solidaria todavía tiene más proyectos. En él atendemos a 70 personas diariamente, aunque durante las navidades llega a 100. Los cocineros (Leo Carvajal, Ruud, Pepe Crespo, Juan Luis Rodríguez Vaca y Puri Toro) se vuelcan.

--Tienen grupo de costura, cocina, atención a familia..., ¿cómo se organizan?

--Somos en total 13 grupos. Contando con los empresarios que nos ayudan, las personas que están detrás y los voluntarios, somos 500. Cada uno hace su labor. Por el grupo de cocina pasan 50 personas semanales a dos horas diarias y dos horas por turno. El de atención a familias, por ejemplo, son cuatro personas entre trabajadores sociales y psicólogos; ahí ya no puede entrar nadie. Las jerarquías no existen en Zafra Solidaria.

--¿Cómo se financian?

--Tenemos una única ayuda pública, la de la Diputación de Badajoz, que fueron 5.000 euros para la cocina y 1.000 para la farmacia. Esa ayuda va a seguir llegando. Después tenemos unos 80 socios que pagan tres euros al mes. Y, por supuesto, los eventos. Hemos crecido a base de actividades y nos mantenemos así. Todos los meses organizamos alguno. Llevamos ya más de 50.

--¿Cuánto son los gastos mensuales del comedor?

--2.500 euros. Contamos con algunas donaciones que ya tenemos seguras. Hay empresas como Exproel, Joaquín Luna, Morato o El Encinar que sabemos que siempre nos dan algo. Ahora, tras las Navidades, tenemos para tres meses de comedor, pero necesitamos más.

--Tras la aparición en diversos medios parece que Zafra Solidaria está de moda.

-Yo no sé si es que está de moda o es que es necesaria. En Zafra hay dos organizaciones muy importantes como Cáritas y Cruz Roja, pero la crisis ha cambiado mucho la situación. A nosotros toda la política nos da igual, lo que queremos es ayudar a las personas sin importarnos nada más. En Zafra se ha levantado un movimiento social importante; la gente tenía ganas y fuerza para sacarlo adelante. Extremadura es muy solidaria.

--Además, Zafra Solidaria se mueve mucho a través de Internet y redes sociales.

--Publicamos todo a través de nuestro facebook o twitter. Somos muy transparentes y ponemos todas las actividades económicas; las donaciones y lo conseguido por los mercadillos. Vamos subsistiendo y, la verdad, estoy muy agradecida.