Los aparatos eléctricos y el gas natural se han convertido en estos tiempos que corren en los peores aliados del entrañable brasero de picón, al que aún guardan fidelidad muchas personas mayores, seguros en la creencia de que calientan más que los nuevos de hoy en día y que son los mejores aliados para combatir estos días de intenso frío.

Los reguladores de potencia han sustituido a la antigua badila , esa paleta de hierro que servía para, debajo de la saya de la camilla, mover y avivar el brasero y retirar la ceniza. Unos braseros que requerían de auténticos entendidos en la materia para su encendido.

Pero, como es obvio, al igual que han ido descendiendo los fieles de estos braseros, también ha ido perdiéndose la figura del piconero, que llegado el mes de octubre iba por las calles golpeando a las puertas ofreciendo sacos de picón y carbonilla --que se ponía debajo del picón--.

ULTIMO PICONERO

En Don Benito había antes numerosos piconeros, pero ahora apenas se hacen notar. El dombenitense Manuel Sosa es uno de esos últimos trabajadores del picón que, muy al contrario de lo que se pueda pensar, tiene un buen negocio ya que, a pesar de haber bajado considerablemente su número de clientes --que conserva en Don Benito, Medellín, Ruecas o Villanueva-- lo compensa con el hecho de ser prácticamente el único de toda la localidad que se dedica a hacer picón.

Este lleva más de cuarenta años haciendo picón con leña de encina, que coge de las podas de fincas de la zona como La Bóveda , Valdegamas o El Perdigón . Sosa indica que "un buen picón depende de la calidad de la leña". En este sentido, reconoce que "la mejor es la de jara, mientras que la de olivo es la peor".

Tras colocar la leña en gavillas, ésta se quema y después de cinco o seis horas se apaga con agua. Tras secarse ya está lista para ser depositada en los sacos.

Los que vende ahora pesan unos doce kilos, mucho menos que los de cincuenta de antaño. Este estima que durante un invierno puede vender más de doscientos sacos, una cantidad suficiente para seguir tirando y mantener vivo al brasero de picón.