El pasado 30 de julio finalizó el campamento de La Escuela del Bosque, que se desarrolló en la Sierra de Gata. Según comentó Pilar Gabaldón Muñoz, una de las monitoras, y Salomé Ollero Alvarez, directora de la Escuela Nutria y coordinadora de las actividades de la Asociación Juvenil Nutria, "ha sido una experiencia positiva".

Las responsables de la iniciativa aseguraron que los primeros días eran complicados para los niños porque les costaba integrarse, pero "una vez que se sentían cómodos se portaban muy bien".

También explicaron que existe una gran diferencia entre este campamento y los urbanos. En el de Sierra de Gata, "los niños deben convivir todo el día y eso les ayuda a socializarse mucho más", aclararon. Además, el tipo de actividades son diferentes y la relación de los monitores con los acampados también cambia. "Los monitores se convierten en la familia del niño, por eso les cuesta acostumbrarse, pero a la vez aprenden de una forma más acusada a relacionarse con sus semejantes", concluyeron.

Por otra parte, ayer comenzó otro campamento urbano en Navalmoral. Tendrá lugar del 1 al 15 de agosto en el colegio El Pozón.