El matrimonio formado por Angel Gil Román e Isabel Carretero Vidal, de 84 y 80 años respectivamente, fue hallado muerto en la tarde del jueves a consecuencia de una intoxicación de humo provocada por un brasero de leña mientras los dos ancianos se encontraban en su vivienda de la calle La Jara.

Las primeras investigaciones apuntan a que ambos llevaban varias horas muertos. Sus restos mortales, tras ser velados por sus familiares toda la madrugada del viernes en el Tanatorio Virgen de la Vega de Moraleja, recibieron sepultura ayer a primera hora de la tarde en el cementerio del pueblo donde residían y tras oficiarse la misa funeral en su memoria en la iglesia Nuestra Señora de la Asunción.

Al funeral asistieron numerosos vecinos, amigos, así como sus familiares más próximos, entre los que se encontraban sus tres hijos, María Teresa, María Begoña y Angel Gil, los cuales residen fuera de Extremadura.

CONSTERNADOS El alcalde de la localidad, José Luis Perales, que asistió a la misa funeral, se mostró consternado por lo ocurrido. Explicó que él mismo recibió un aviso de la Guardia Civil después de que el jueves a las seis de la tarde una hija del matrimonio, que reside fuera de Extremadura, alertara a las autoridades de que llevaba varias horas intentando comunicar por teléfono con sus padres sin lograrlo.

A partir de ese momento, una patrulla de la Guardia Civil y el alcalde se trasladaron hasta la vivienda, donde, una vez dentro, descubrieron los cuerpos. Al parecer, según explicaron fuentes cercanas a la investigación, el anciano se encontraba sentado en un sofá frente al televisor y podría haber sido el primero en fallecer intoxicado. Las primeras investigaciones revelan además que la mujer murió también intoxicada y sufrió un golpe en la cabeza tras caer al suelo.