La Dirección General de Tráfico (DGT) ha instalado dos radares de velocidad en la EX-108, entre Coria y Moraleja, y en la EX-109, entre Torrejoncillo y Portezuelo. Ambos aparatos todavía no están operativos, pero comenzarán a funcionar "en breve", según confirmó la jefa de Tráfico en la provincia de Cáceres, Cristina Redondo. De hecho, actualmente se trabaja para solventar los problemas técnicos que puedan surgir y las primeras semanas se llevará a cabo un periodo de prueba con el fin de asegurar la eficacia de los aparatos antes de que se pongan en marcha.

El objetivo de los radares es controlar el exceso de velocidad de los vehículos que circulan por ambas vías, detectando cualquier vehículo que exceda la velocidad máxima permitida. Tanto en el caso de la carretera que une Coria y Moraleja como en el de la vía que comunica los municipios de Torrejoncillo y Portezuelo la velocidad está limitada a 90 kilómetros por hora.

DOS PUNTOS NEGROS Cristina Redondo explicó que la Dirección General de Tráfico ha decidido instalar los radares en estos lugares porque están considerados "puntos negros". El tramo de la EX-108 en el que se ha colocado el radar fue uno de los puntos negros señalador por Tráfico el pasado año; en el caso de la EX-109, se le otorgó esta calificación en el 2004. "Son lugares muy conflictivos", insistió Cristina Redondo.La Dirección General de Tráfico considera punto negro el tramo en el que se registran un mínimo de tres accidentes con víctimas en el periodo de un año y cuando los siniestros se producen en menos de 100 metros de distancia unos de otros.

La jefa provincial de Tráfico explicó con respecto a la EX-108 que se trata de un tramo "muy peligroso", puesto que comunica con una zona industrial como el polígono de Los Rosales y está muy próximo el parque de bomberos de Coria. Además, Cristina Redondo resaltó que la mayoría de los accidentes que se han registrado en estos tramos han sido motivados por el exceso de velocidad.

Cristina Redondo mostró su confianza en que los radares tengan una repercusión "positiva" en los conductores y ayuden a que disminuyan la velocidad no sólo para que no sean detectados por los radares, sino "por la propia seguridad de las personas", manifestó.

La instalación de ambos radares por parte de la Dirección General de Tráfico ha tenido muy buena acogida entre los usuarios de ambas carreteras.