La Escolanía Santa María de Trujillo ha dado en el reciente periodo navideño seis conciertos en localidades como Helechosa de los Montes, Aliseda o Monroy y hasta en el Real Monasterio de Guadalupe. Su elevado nivel se basa no solo en la interpretación de obras en castellano, sino también en hebreo, japonés, latín e inglés, incorporadas a su repertorio.

Su gran reto para esta próxima primavera es viajar al Vaticano. Los contactos están hechos y falta la confirmación de la agenda concreta del viaje, según manifiesta su director, Ángel Guerra.

La escolanía pretende continuar con estas actuaciones para el público en general, pero a la vez explotar una de las últimas tendencias en acontecimientos, como es cantar en bodas y otras celebraciones particulares.

El coro tiene tres horas de ensayos a la semana, en un local de Cáritas. En un mundo dominado por la irrupción de las nuevas tecnologías, ya es todo un éxito el que unos chicos dediquen su tiempo a la música en lugar de a las videoconsolas. Es todo un manantial de cantera para el coro adulto de Santa María, que también dirige Guerra. De hecho, algunas de sus voces se incorporan al coro mayor en algunas actuaciones. Para el director supone toda una experiencia de vida el trabajo con estas angelicales voces. «Los niños son verdaderas esponjas. Aprenden, pero yo también aprendo con ellos. Tengo voces estupendas. Todo se educa, pero para esto hay que tener un don y ellos lo tienen», dice.