La Guardia Civil ha abierto una investigación a un vecino de la localidad cacereña de Barrado como presunto autor del envenenamiento a un roble de grandes dimensiones, catalogado como árbol singular por la Junta de Extremadura. Su objetivo era evitar el aumento del turismo en el municipio y aprovechar así para ampliar sus terrenos para la explotación de cerezos. La investigación se ha llevado a cabo por los agentes de la Guardia Civil del Servicio de Protección de la Naturaleza de la comandancia de Cáceres.

El Instituto Armado tuvo conocimiento de lo ocurrido el día 3 de mayo del año pasado. En concreto el árbol envenenado es un roble de grandes dimensiones, catalogado como árbol singular de Extremadura. Era denominado ‘Roble Grande de La Solana’, que por sus dimensiones y belleza era muy conocido y visitado.

Al parecer el envenenamiento se produjo mediante el vertido de algún producto en varios cortes realizados en la base del tronco. Por parte de la Guardia Civil, se procedió a realizar las correspondientes investigaciones, no solo de este árbol, sino de otro de características similares, situado en el mismo término municipal y para el que se iba a solicitar su declaración como árbol singular. Este último también había sido envenenado de la misma manera.

Tras realizar un primer examen a ambos árboles se pudo determinar que en las raíces primarias se habían realizado numerosos cortes con una pequeña motosierra. Tras varias entrevistas y declaraciones de varios testigos, todos los indicios apuntan como presunto autor a un vecino de la misma localidad y propietario de los terrenos donde se encontraba el roble para el que se había solicitado su declaración de árbol singular. Por parte de la Guardia Civil, se inspeccionaron diversos terrenos de su propiedad, encontrando en ellos gran cantidad de especies arbóreas secas, en su mayoría robles, y que habían sido secadas mediante el mismo procedimiento que los dos robles singulares. La Guardia Civil procedió a su investigación como supuesto autor de delitos contra el patrimonio histórico o cultural y otro delito de daños. La colaboración ciudadana ha sido fundamental.