"Es un día en el que la pasión y la ilusión se ven reflejados en las calles con gentes de todas las edades y donde nadie se queda fuera", comentó el alcalde de Arroyo de la Luz, Santos Jorna, minutos antes de comenzar las carreras de caballos ayer en el municipio con motivo de las fiestas de la patrona, Nuestra Señora de la Luz.

La lluvia mermó la asistencia de público, pero aún así el alcalde se mostró satisfecho por el gran número de asistentes. El día lo requería para ver de cerca uno de los actos más esperados: las carreras de 150 jinetes en la calle Corredera, vía principal del municipio.

Espectadores de lujo fueron testigos de este evento. Entre ellos el consejero de Economía, Manuel Amigo. "No cabe duda que Arroyo es la capital del caballo, pero también es más que eso, ya que esta fiesta trasciende en lo turístico, en el ocio, en la riqueza y en el empleo". Amigo destacó además la participación del pueblo y cómo los ciudadanos se volcaron con esta fiesta que fue declarada de Interés Turístico Regional por la Junta en 1997.

Sentimiento

El lado emotivo lo transmitió el mayordomo de la Cofradía Nuestra Señora Virgen de la Luz, Florencio Crespo, quien lamentó, al igual que cientos de arroyanos, la suspensión ayer de la procesión de la Virgen a causa de la intensa lluvia. Reconoció que los caballos "son el alma de la fiesta", pero matizó que la celebración "tampoco la podemos concebir sin el lado religioso por eso estoy disgustado como cualquier arroyano por no haber podido sacar a la Virgen", comentó.

La fiesta de las carreras de Arroyo está relacionada con la festividad de su patrona, la Virgen de la Luz, y conmemoran la victoria, en 1229, del rey Alfonso IX de León en su lucha contra el ejército musulmán. La leyenda dice que la Virgen ayudó a las tropas del rey a conseguir dicho triunfo.