Los vecinos de Pescueza celebran a san Antón con la quema de muebles y madera vieja, en un vistoso ritual de purificación. Ayer noche, en la plaza del Concejo, la hoguera de san Antón fue alimentada con troncos y ramos de encina seca procedentes de la dehesa boyal.

Las parrillas se llenaron de suculentos morros y pancetas, entre otras viandas, que fueron degustadas por los vecinos junto con vino de la tierra hasta bien entrada la madrugada.

Hoy por la mañana tiene lugar la procesión y misa en honor del santo, tras la cual todos los asistentes vuelven a la hoguera, cuyas brasas aún permiten asar nuevas carnes y excedentes de la noche anterior.

El alcalde de Pescueza, José Vicente Granado, destaca que la tradición no se ha perdido ni movido del calendario.

En tiempos pasados los niños salían de las escuela haciendo sonar sus campanillos y se dirigían haciéndolos sonar a la ermita de San Antón para acarrear toda la leña posible. Era lo que se conocía como la campanillá . Ahora son los operarios del ayuntamiento los que se encargan de recoger las ramas de encina seca. Actualmente, tampoco saltan los caballos la hoguera porque las dimensiones de la plaza donde se hace la hoguera no lo permiten.

El alcalde de Pescueza anima a todos a disfrutar hoy en hermandad por la mañana de la hoguera de san Antón.