Piornal cerró ayer su fiesta grande con más de 6.000 personas en sus calles. Visitantes deseosos de presenciar las evoluciones del Jarramplas, además de lanzar nabos contra la máscara que representa a un personaje desconocido, disfrutaron durante la jornada de esta tradición anclada en la localidad serrana.

A las 16.30 horas, la plaza de la Iglesia estaba a rebosar de gente esperando que terminaran los oficios religiosos, "para descargar toda la artillería contra Jarramplas", sentenciaba uno de los muchos espectadores que portaban nabos en sus manos.

En medio del bullicio el consejero de Desarrollo Rural, Francisco Javier López Iniesta, señaló en declaraciones a este diario que "es importante ver a los pueblos cómo progresan por un lado y cómo por otra parte mantienen las tradiciones populares, como ésta del Jarramplas".

López Iniesta destacó además que este tipo de festejos contribuyen al desarrollo económico de la zona, "al convertirse en un atractivo turístico importante". Por este motivo, el responsable del área de Desarrollo Rural se mostró partidario de "apoyar estas fiestas ancestrales".

Por su parte, el alcalde Angel Rama, que se encontraba en compañía del consejero, hizo "un balance muy positivo de la fiesta del Jarramplas de este año" y destacó la cifra de 6.000 asistentes contabilizados ayer.

A las 16.45 horas apareció el Jarramplas en la puerta de la iglesia y la descarga de nabos contra su figura fue impresionante. Durante una hora deambuló por calles y plazas hasta que, despúes de las 17.30 horas, "se recogió" definitivamente en su casa hasta que el próximo año otro siga la tradición.