Entre 80 y 100 personas se congregaron ayer a las puertas del Ayuntamiento de Malpartida de Cáceres para exigir mejoras laborales para los tres auxiliares de la policía local del consistorio y para protestar por la actitud del alcalde, Antonio Jiménez, según los datos facilitados por los propios policías. Las cifras fueron rebatidas por Jiménez, quien aseguró que a la manifestación solo asistieron los tres auxiliares de la policía, algunos de sus familiares, representantes del CSI-CSIF y tres miembros del Partido Popular, pero "gente del pueblo no hubo nadie", aseguró. El alcalde declinó hacer cualquier otra valoración.

Por su parte, Benigno Leo, uno de los auxiliares de policía, destacó la presencia en la manifestación de miembros de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) y confesó que no creía que el acto de protesta "valga para nada", pues, según dijo, "el alcalde tiene demasiado poder y la gente tiene miedo".

SITUACION CRITICA Leo aseguró que se ha llegado a una situación insostenible, provocada por "la mala fe" del alcalde, a quien acusó de haber incumplido la promesa de que los auxiliares iban a promocionarse para ser agentes de policía "y que iba a crear el cuerpo". "No ha hecho nada de eso", aseguró.

Antonio Fajardo, delegado sindical del CSI-CSIF, dijo que actualmente no puede existir diálogo con el alcalde "por culpa de su actitud despótica". Además, denunció que los tres auxiliares de la policía local, que han requerido "tratamiento psicológico", son obligados a realizar tareas de agentes "en perjuicio de su integridad física". "Como auxiliares no podemos ir armados, pero nos hacen realizar servicios hasta las seis de la mañana con el peligro que conlleva". Estudian recoger firmas para lograr sus demandas.