José Luis Portel Agüero, de 46 años de edad, es natural de la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fe, Argentina. Hace cuatro meses tomó una decisión que venía meditando años: emigrar de su país natal para lograr sacar adelante a su familia. Allí dejó cuatro hijos y una esposa, a los que mantiene desde España con lo que saca del reparto de publicidad y la venta de periódicos. Su prioridad es encontrar un trabajo estable para poder ofrecerles en Extremadura lo que su país les quitó: un futuro.

¿A qué se dedicaba en Argentina?

--Hice un poco de todo, incluso trabajé en ventas. A los 17 años comencé a trabajar en la Coca Cola con mi padre, que tenía un camión, y más tarde con mi propio vehículo. También tuve una carnicería, que es mi profesión.

¿Qué tal se encuentra en Extremadura?

--Muy bien. He conocido gente muy buena que me han tendido la mano. Me han acogido y me han dado trabajo.

Sin duda fue una decisión difícil...

--Estuve meditando este viaje durante dos años porque en realidad no quería salir, quiero a mi tierra. Pero ya no había forma. Ni con un trabajo de carnicero se podía vivir. Con la gran inflación que vino se revalorizaron todas las cosas y bajaron los sueldos. No te llegaba para nada.

¿Qué tal está su familia?

--De salud están bien pero económicamente lo están pasando mal. El único que trabaja es mi hijo mayor, de 23 años, y sólo hace una changa , como decimos allá: trabaja a lo que salga, un día sí y un día no. En cuanto tengo oportunidad les mando dinero para solventar los gastos en lo posible.

¿Ve solución a los problemas o por el contrario cree que la solución será traerse acá a su familia?

--La solución es traérmelos. Para que se arregle Argentina se necesitarán 30 ó 40 años como mínimo. Tiene de todo, es un país rico, pero las pocas personas que manejan el dinero y administran el país lo han hecho mal, lo han llevado a la ruina, lo han vaciado. Imagínate esa gente que trabajó toda su vida y tenía su plata en el banco, ahorrada, y cuando van a retirarla resulta que no se la dan por que han vaciado el banco. Visto todo esto no me quedaba más remedio que marcharme fuera.

¿Es seguro Argentina?

--No. Al no haber trabajo la juventud se cría delincuente. La cosa está cada día peor aunque los políticos digan lo contrario. Mi familia oye cómo alguien pasa por los tejados de un sitio para otro cuando están acostados. La clase media ha desaparecido y ya sólo hay unos pocos que lo tienen todo y muchísima gente en la miseria.

¿Cree que su futuro podría estar en Navalmoral?

--Sé que mi futuro está aquí, porque mi futuro es el de mis hijos. El día que vengan y nos pongamos a trabajar, se casarán aquí y el ritmo de vida me lo marcarán ellos. Estoy a gusto en Navalmoral.