Uno de los puntos más conflictivos para el tráfico moralo se encuentra en la glorieta de la Cruz de los Caídos, como ha podido confirmar EL PERIODICO, donde generalmente se pueden encontrar coches estacionados en el espacio reservado para el autobús urbano. Las horas que coinciden con la salida de los escolares del colegio nuestra Señora de Guadalupe, como a las cinco de la tarde, el tráfico se congestiona, ya que el autobús escolar, al no poder hacer uso de su espacio, se detiene en la calzada,con lo que inmoviliza a todos los vehículos que le siguen, desde los que acceden por la rotonda hasta los que ocupan la calle Urbano González.

PASO A NIVEL Otro de los lugares donde el tráfico se hace difícil se encuentra en la confluencia de las calles Pablo Luengo, carretera de Jarandilla y Cartagena, a la altura del paso a nivel. Tanto a la una de la tarde, como a las siete, horarios que suelen coincidir con la salida de los lugares de trabajo, se producen graves atascos.

Existen problemas con los vehículos que pretenden incorporarse a la calle Cartagena de la de Jarandilla y viceversa, debido a la intensidad del tráfico, antes regulado por semáforos instalados en la rotonda de la zona de el hotel Moya.

Algo parecido ocurre con los vehículos que proceden de la glorieta. En varias ocasiones la fila de turismos se detiene en las vías del tren, cosa peligrosa, pero se ven en la obligación porque no pueden seguir su camino si los que proceden de la calle carretera de Jarandilla pretenden girar a la izquierda, ya que deben cederles el paso. Todo esto se traduce en pitidos insistentes y en la impaciencia de los conductores, que no respetan la prioridad, cansados de esperar.