Viendo la magnitud de la explosión, la tragedia pudo ser mucho mayor". Así lo manifestó ayer el alcalde de Coria, José Manuel García Ballestero, que a primera hora de la mañana del lunes volvió a la plaza de Castelo Branco de Coria donde el domingo por la tarde explosionó una de las viviendas unifamiliares adosadas que hay en dicha plaza. "Hasta el momento no se sabe cuál ha sido el motivo de la explosión, hay varias hipótesis y no se puede descartar ninguna", manifestó el alcalde que confirmó que en el interior de la vivienda se ha localizado un explosivo, "un proyectil", precisó Ballestero. De hecho, técnicos especialistas en desactivación de artefactos explosivos (Tedax) de Badajoz se trasladaron hasta Coria en la tarde del domingo.

El alcalde reconoció que el desastre "podía haber sido mucho mayor", pero que afortunadamente "ha habido muchísima suerte", añadió. Una conclusión a la que se llegaba después de ver el estado en el que quedaron los jardines y los juegos infantiles que hay en la plaza en la que cada día por las tardes acuden numerosos niños, con sus padres y abuelos.

Sin embargo, la circunstancia de que fuera domingo, coincidiendo además con el inicio de la Semana Santa, hizo que mucha gente ese día saliera fuera de Coria. Además, por suerte, los pocos niños que estaban en la calle se encontraban lejos de los columpios y de donde cayeron los cristales, la carrocería de vehículos y los hierros de las puertas de cocheras y ventanas, una imagen difícil de olvidar para muchos. Los bomberos, ayer, continuaban inmersos en los trabajos para retirar los escombros tanto del interior de la vivienda como de los alrededores.

Los vecinos, la mayoría todavía con el miedo en el cuerpo, trataban ayer de poner algo de normalidad mientras recogían los cristales de ventanas y puertas que aún quedaban en el suelo. Sobre el único herido, el dueño de la vivienda en la que se produjo la explosión, el alcalde confirmó que es un vecino de Coria que en un primer momento fue atendido en el hospital de Coria y, seguidamente trasladado, a la Unidad de Quemados del hospital de Getafe en Madrid. "Por lo que sabemos sufría quemaduras de más del 70 por ciento en el cuerpo y su estado es estable", dijo.

Los graves daños materiales ocasionados en algunas casas ha provocado que algunas familias -entre 8 y 10- hayan tenido que ser desalojadas de sus viviendas. Algunas, según el alcalde, han optado por quedarse en casa de familiares, mientras que otras han optado por alojarse en hoteles de Coria cuyos gastos se hará cargo el ayuntamiento. "Algunas familias podrán regresar a sus casas en las próximas horas, pero hay otras que tardarán semanas y a lo mejor meses en volver a sus hogares", señaló el alcalde que aclaró que en esos casos se verá la posibilidad de facilitarles una vivienda de alquiler.

Mientras tanto, ayer eran muchos los vecinos que acudieron al lugar de la explosión. "Retumbó todo y me recordó a cuando yo viví en el País Vasco y fui testigo de la explosión de una bomba de ETA", dijo Eugenio Salvatierra, un vecino que vive a pocos metros de lo ocurrido. "Se ha podido liar más gorda", aseguró. Otra de las personas que tampoco daba crédito de lo ocurrido era Javier Domínguez. "Me daba la sensación que lo que estaba viendo no era real", decía ayer mientras recogía los cristales que aún quedaban en el suelo del salón de su casa, junto a la ventana. El destino o la suerte quisieron que Javier estuviera solo en casa, ya que su esposa, Laura, y su hija de 4 años, no se encontraban ni en casa ni en la plaza. "Yo estaba en la cocina y de repente escuché la explosión y la onda expansiva, al llegar al comedor vi la ventana destrozada y la gente gritando en la calle, salí y vi la cochera de la casa destrozada, mucho humo y entré con otras personas hasta que sacamos al hombre y lo pusimos sobre el césped, estaba consciente, pero aturdido", dijo.

Otra de las personas que también colaboró en sacar al único herido fue Isabel Barrios, que reside muy cerca y que trabaja como enfermera en el hospital. "Estaba en casa y escuché un ruido muy potente, salí a la calle y me asusté al ver hierros en el parque infantil, fui hasta la casa, había una persona en el suelo cubierta de escombros, con sangre en la cabeza, pero consciente, estaba oscuro, olía mucho a gas, había tuberías rotas y todo lleno de escombros, lo sacamos, le quitamos el calzado, las pulseras, las gafas, la camisa y los trozos que tenía pegados en el cuerpo hasta que llegó el 112", relataba ayer Barrios mientras observaba asombrada los destrozos junto a otros vecinos.