Unas 450.000 personas se echaron ayer a las calles de Berlín para celebrar, bajo un calor casi tropical y en medio de una gran profusión de color, pancartas, látex y mucha imaginación, el Día Internacional del Orgullo Gay.

Drag-Queens en llamativos trajes de noche y tacones de vértigo, travestidos, homosexuales y lesbianas desfilaron durante seis horas entre camiones-disco por las arterias principales de la ciudad bajo el lema Diversidad y Justicia y libertad .

El desfile arrancó en el corazón del antiguo Berlín oeste para concluir en las inmediaciones de la Puerta de Brandeburgo, donde le recibió el alcalde-gobernador de la ciudad, Klaus Wowereit, uno de los primeros políticos alemanes que declaró su homosexualidad.

La celebración berlinesa del Christopher Street Day es la segunda más importante de Alemania en términos numéricos, tras la de Colonia.

Un protagonista ausente del desfile berlinés fue el presidente del Gobierno español, Jose Luis Rodríguez Zapatero, a quien la organización del Christopher Street Day otorgó este año su premio al coraje cívico por su "compromiso con las minorías".