Corrían los primeros días del año 1974 cuando pisé por primera vez la Base de Santa Ana cuyo interior albergaba parte del CIR n.º 3. Su jefe, el señor coronel don Eloy Rodríguez de Miguel, junto con su plana mayor de mando y otras unidades del mismo estaban asentados en el cuartel Infanta Isabel , enclavado en el Paseo de las Delicias de la bella ciudad de Cáceres. En aquellos tiempos empecé mi singladura militar en tierras cacereñas, que finalizó en el año 2005 por haber cumplido mi última etapa como jefe del CIMOV y comandante militar de la plaza y provincia de Cáceres. Desde entonces y hasta ahora siempre y en todos mis empleos y destinos he llevado junto al corazón y en mi mente el ejemplo permanente de entrega, dedicación, sacrificio y amor a España, Extremadura y el Ejército de Agustín Lorenzo Obregón, espejo de todos los jóvenes oficiales de cualquier arma y escala que tuvimos la suerte de estar a su lado, desde su etapa como capitán de la 3. Compañía del I Batallón (con sus palmadas en orden cerrado y su cigüeña acompañando al banderín en todos los desfiles) hasta su paso como comandante gobernador del Campamento de Santa Ana, preocupado de quitarnos todos los problemas de mantenimiento de las naves de nuestras compañías a todos los capitanes que las mandábamos, nuestra primordial misión era instruir a todos los jóvenes que pasaron por Santa Ana. No quiero olvidar su magnífica labor al frente de la hermandad de veteranos a la que revitalizó y se relanzó a nivel provincial y nacional, para mí siempre fue mi comandante y mediante esa fórmula le saludaba en mi última etapa al mando de la unidad, cuando nos reuníamos en actos civiles o militares. El pasado día 1 de febrero su corazón, inmenso y lleno de alegría, dejó de latir y emigró junto con su alma ahí arriba, desde donde estoy seguro nos contempla y sobre todo a su querida Base de Santa Ana donde dejó lo mejor de su vida con ilusión y entrega ejemplares, día a día, hora a hora, minuto a minuto y segundo a segundo, siempre con una sonrisa, un consejo, un aliento y enseñando como nadie el hacerse querer y respetar con facilidad, porque mandar es convencer y esta frase la hacía él realidad continuamente. Mi comandante, conviértete en nuestro ángel de la guarda y acompañados con tu maravilloso ejemplo por siempre y para siempre. Victoria, Charo, José Manuel, os acompaño en vuestro dolor y quiero expresaros mi agradecimiento infinito por la labor sorda y continuada de vuestro esposo y padre en bien del CIMOV, heredero del Regimiento Argel n.º 27, CIR n.º 3 Santa Ana y CIR Centro. Unidades siempre ubicadas en Cáceres y enraizadas en esta maravillosa ciudad Patrimonio de la Humanidad.

Mi comandante, siempre a tus órdenes.

Antonio José Domínguez Valor

Coronel jefe del CIMOV 1 (2002-2005)