La huida de Lasha Shushanasvili, alias el Gordo, el capo de la mafia georgiana de-sarticulada el lunes en una operación en seis países europeos, ha estado a punto de provocar un conflicto diplomático entre España y Grecia. Ayer, el fiscal jefe anticorrupción, Antonio Salinas, aseguró en una rueda de prensa que el país heleno, en el que debía haber sido arrestado el mafioso, no colaboró en su detención. La respuesta no se hizo esperar y las autoridades griegas explicaron que hasta un día antes no sabían que debían detener al capo en el hotel Macedonia Palace de Salónica. Sorprendido, el portavoz de la policía helena, Azanasios Kokalakis, lamentó en declaraciones a Efe las palabras de Salinas, y aseguró que se comprobó que Lasha ni siquiera se había registrado el fin de semana en el hotel.

Los responsables policiales presentes en la rueda de prensa sobre la operación Java-Hayastán fueron más cautos que el fiscal al referirse al papel de Grecia. Pero algunos investigadores, en privado, aseguraron que las autoridades helenas nunca mostraron excesivo interés por la operación, que ha desmantelado una de las organizaciones criminales georgianas mejor estructuradas y jerarquizadas de las que actúan en Europa.

El grupo, controlado en Barcelona por el hermano de Lasha Kajaber , disponía de un ejército de delincuentes dedicado principalmente al robo con fuerza, especialmente de joyas.